Aunque al mediodía de ayer algunos jugadores manifestaran su satisfacción por el acuerdo establecido con los potenciales dirigentes del Real Jaén, quedan flecos muy gordos por solucionar. El pago a la desesperada de jugadores para evitar denuncias que pudiera generar el descenso administrativo, contrasta con el impago a determinados miembros del club (secretario técnico, director deportivo y jefe de prensa, por ejemplo) y con los impagos a la compañía de teléfono. Hoy mismo, los todavía trabajadores (aunque sin cobrar) del Real Jaén que disponían de un dispositivo móvil corporativo, han amanecido con la línea cortada y no pueden emitir llamadas. Un hándicap para continuar con el día a día laboral dentro del club.